29 de marzo
"LOS CLAVOS DE CRISTO"
La carne es el deseo de nuestra más baja naturaleza; los clavos son las peticiones de la justicia y de la santidad de Dios. Con éstas, el temor del Señor agujerea nuestra carne y nos ata a la cruz como sacrificio agradable para él. En un párrafo semejante, el apóstol Pablo nos invita por medio de la piedad de Dios a ofrecer nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. (Sermones 205, 1)
ORACIÓN: No me desprecies, Dios, mi salvación; no me rechaces como un mortal que busca la eternidad. ¡Tu, oh Dios, curas las heridas de mis pecados! (Enarraciones sobre el salmo 26, 9)
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